domingo, 14 de marzo de 2010

El país de las maravillas.

Con la oruga me ire a contemplar como pasa la vida, riendome de reuniones, prisas y atascos. De como miles de conejos blancos luchan contra reinas de corazones que les obligan a llevar un ritmo de vida ridículo y frenético, que los convencen de que son imprescindibles para luego cortarles la cabeza.
Mientras tanto, nosotros estaremos fumando en una pipa, hablando con nuestras lángidas voces y sentados encima de setas que nos hacen crecer y hacen verlo todo desde un punto de vista mucho más alto.

martes, 9 de marzo de 2010

Ni cenar tranquilo

Me cago en la telebasura, cada día me da más por pensar que la televisión es ese mueble que sirve para aguantar en un lado los pocos DVD's que se compran hoy en día...
Todo mierda sensacionalista, capullos bocachancla de gimnasio exhibiendo una falta de educación y de ética básica abrumadora y encima enorgulleciendose de lo que han llegado a ser en la vida. Putas de barrio con más tetas que cerebro enseñando todo lo que pueden o todo lo que aparentan tener y pensando que eso es algo de lo más normal.
Me parece que el mundo se esta volviendo loco, yo cada día entiendo menos lo que pasa, y no lo digo de broma, me parece que tiene que haber algo en el agua o el el aire, porque si no no me explico que cojones se le cruza a la gente por la cabeza.
Juro que cada día me gustan más los documentales de la 2.

martes, 2 de marzo de 2010

El viaje íntimo de la vergüenza

Música
A veces me suena como un piano desafinado, estridente y caótico, uno que reproduce una música con sabor a intimidad y sudor, a sueños y esperanzas, también a palabras atragantadas. Un piano que hace que te tapes los oidos para evitar el ruido, un piano que toca el ritmo de un corazón cansado y triste, uno que ha sufrido la dejadez de muchos y el amor del tiempo.
Pero sobretodo un piano que no puedes dejar de evitar, uno que te hace soñar despierto, uno que hace que cada día merezca la pena.

domingo, 17 de enero de 2010

El viaje íntimo de la locura.

En el jardín hay un cerezo dormido,pero parece muerto. Este otoño comenzó a sentirse ápatico, y la dejadez se apoderó de su espíritu. La vida, cansada de verle abúlico y desastrado, decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándolo en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora: el aletargado esqueleto de un cerezo, una osamenta de madera clavada al suelo, que sólo espera que regrese a la vida.